Un enfoque holístico para una vida larga y exitosa

La longevidad no se trata simplemente de prolongar los años, sino de garantizar que esos años sean vibrantes, activos y satisfactorios.

Un enfoque multifacético que haga hincapié en la actividad física, el sueño reparador, el control de la inflamación y la elección consciente de alimentos y nutrientes puede mejorar significativamente la calidad y la duración de la vida. Así es como cada uno de estos pilares contribuye al principio de longevidad.

NUESTROS SEIS PRINCIPIOS RECTORES


Manténgase físicamente activo

La mortalidad por todas las causas se reduce aproximadamente entre un 30% y un 35% en sujetos físicamente activos en comparación con los inactivos [Reimer et al, 2012]. La actividad física regular es una piedra angular para una vida larga y saludable.

El ejercicio fortalece el sistema cardiovascular, apoya la salud muscular y ósea, y mejora el estado de ánimo mediante la liberación de endorfinas. Actividades como caminar, nadar, el entrenamiento de fuerza y el yoga no solo reducen el riesgo de enfermedades crónicas como la diabetes y las enfermedades cardíacas, sino que también mejoran la función cognitiva.

La Organización Mundial de la Salud recomienda al menos 150 minutos de ejercicio de intensidad moderada por semana para una salud óptima. 

Duerme bien

El sueño de calidad es esencial para la reparación celular, la función inmunológica y la claridad mental [Scott et al, 2021]. El sueño deficiente está relacionado con un aumento de los riesgos de obesidad, diabetes y enfermedades cardiovasculares. Los adultos generalmente requieren de 7 a 9 horas de sueño por noche, con énfasis en mantener horarios consistentes de sueño y vigilia.

Prácticas como reducir el tiempo frente a la pantalla antes de dormir, crear un ambiente cómodo para el sueño y manejar el estrés pueden mejorar en gran medida la calidad del sueño.

Salud celular

La salud celular está en el núcleo de todas las funciones de nuestro cuerpo. Va de la mano con la inflamación, un contribuyente silencioso al envejecimiento y a muchas enfermedades, incluyendo la artritis, el Alzheimer y el cáncer. Como tal, la inflamación es un impulsor importante del envejecimiento [Arai et al, 2015].

Reducir la inflamación sistémica y alimentar tus células son claves esenciales para la longevidad. Esto se puede lograr mediante elecciones de estilo de vida como evitar fumar, el consumo de alcohol y manejar el estrés. Los alimentos que potencian las células y tienen propiedades antiinflamatorias, como el pescado graso, las bayas, las verduras de hoja verde, los frutos secos y especias como la cúrcuma, pueden apoyar aún más este objetivo. 

Buena alimentación y nutrientes

Una dieta rica en nutrientes es una herramienta poderosa para la longevidad. Los alimentos integrales y no procesados ​​proporcionan las vitaminas, minerales y antioxidantes necesarios para una salud óptima. La incorporación de una variedad de frutas y verduras coloridas, cereales integrales, proteínas magras y grasas saludables crea una dieta equilibrada. Además, moderar la ingesta de azúcar y sal mientras se mantiene hidratado garantiza la eficiencia metabólica.

Algunas dietas centradas en la longevidad, como la mediterránea o la zona azul, enfatizan los alimentos de origen vegetal, las grasas saludables como el aceite de oliva y las porciones moderadas de pescado y legumbres.

Aptitud mental

Mantenerse involucrado en actividades significativas, ser curioso y aprender nuevas habilidades tiene importantes beneficios cognitivos y puede prevenir el deterioro cognitivo a medida que envejecemos.

Ser feliz

Un nivel más alto de felicidad está asociado con una mayor esperanza de vida [Lawrence et al, 2015]. Es importante disfrutar de la vida y rodearse de personas positivas y buenas.

La sinergia de la longevidad

El principio de longevidad se nutre de la sinergia entre estos elementos. La actividad física promueve un mejor sueño; los alimentos ricos en nutrientes reducen la inflamación; y un sueño reparador favorece la recuperación del ejercicio y el estrés. Además, podemos compartir todas estas cosas con las personas que amamos y apreciamos. Al integrar estas prácticas, las personas pueden cultivar un estilo de vida que no sólo agrega años a la vida sino vida a los años.

¡Invierte en estos hábitos hoy para disfrutar de la vitalidad del mañana!