Entre las hierbas medicinales, la melisa es una planta que hoy en día está bastante subestimada y en parte incluso olvidada, y esto es injusto. En la siguiente guía presentamos sus múltiples usos y modos de acción.
Melisa - ¿qué es exactamente?
La melisa es una planta que, al igual que la menta y la manzanilla, se encuentra en la mayoría de los jardines desde hace décadas, pero pocos propietarios de jardines conocen su poder especial. Porque la melisa es una planta medicinal con muchos usos. Sin embargo, la planta se cultiva principalmente por su aroma fresco y ligeramente mentolado a limón, que desprende en verano en el jardín y que se intensifica al frotar las hojas entre los dedos. La melisa contiene muchos aceites esenciales que pueden ayudar en dolencias como el insomnio, el dolor de estómago o la inquietud.
El uso de la melisa en la medicina natural tiene una larga tradición: ya en la Edad Media se conocían sus especiales propiedades curativas; en aquel entonces se cultivaba principalmente en jardines de monasterios y se utilizaba por su efecto calmante para el estómago, por ejemplo, en forma de té de melisa. Pero también en la cocina, la melisa está ganando popularidad en la actualidad.
Melisa y sus aplicaciones en la cocina
Una maravillosa forma de utilizar y conservar la melisa es la elaboración de un jarabe. Para ello se necesitan además limones frescos, agua, un poco de ácido cítrico y azúcar. El jarabe luego realza su agua mineral, pero también el champán y los cócteles con un aroma fresco y chispeante.
Además, la melisa es una hierba excelente para platos de pescado, que se destaca mejor cuando se procesan suavemente las hojas de la planta. Por ejemplo, se colocan junto con el pescado envueltos en papel de aluminio en el horno. El aroma se vuelve aún más intenso si las hojas picadas se espolvorean sobre el plato justo antes de servir. La melisa también puede complementar armoniosamente ensaladas frescas de verano, que también pueden ser ensaladas de frutas. Sin embargo, aquí se deben usar exclusivamente hojas recién recogidas, ya que las hojas secas de melisa no poseen un aroma tan intenso.
En los últimos años, además, se han elaborado cada vez más gelatinas, confituras, mermeladas e incluso pesto de melisa limón. También se puede usar melisa para sorbetes, panna cotta o helados, aportando un sabor fino y fresco.
Como la melisa se presta relativamente bien para el secado, las hojas se pueden usar durante todo el año, aunque las hojas frescas tienen un aroma mucho más intenso. Para conservarlas, se cortan los tallos en pequeños ramos de la planta, se atan y se cuelgan en un lugar aireado, pero no demasiado iluminado, para que se sequen. Después de unas semanas, las hojas estarán secas y se podrán seguir usando en la cocina a voluntad.
La melisa como hierba medicinal con poderes especiales
Durante muchos siglos, la melisa ha gozado de una buena reputación como una valiosa hierba medicinal. Ya en la antigüedad, muchos eruditos sabían que la planta podía tener un efecto calmante, elevador del ánimo y antiinflamatorio. Además, la melisa también es un fitoterapéutico popular en la medicina moderna. Las flores y hojas de la melisa son ricas en aceites esenciales y compuestos secundarios de plantas como nerol, citral, geraniol, así como en taninos como el ácido rosmarínico. La planta también contiene flavonoides como apigenina o luteolina e incluso ácido cafeico. No es casualidad que la melisa tenga efectos especiales en nuestro cuerpo: se dice que alivia el estrés, tiene propiedades antiespasmódicas y ansiolíticas, es antibacteriana y favorece el sueño.
En la homeopatía, el enfoque está especialmente en el efecto calmante o relajante. Por eso, los naturópatas suelen recomendar preparados con melisa cuando un paciente sufre de trastornos del sueño o nerviosismo. Las hierbas secas se pueden tomar solas o junto con otras hierbas como lavanda o valeriana.
Un remedio casero popular contra las molestias estomacales, los primeros síntomas de resfriado, los dolores menstruales o los trastornos de ansiedad es también el té de melisa, que se puede preparar fácilmente con hojas frescas y agua caliente.

Comprar melisa de limón - en qué hay que fijarse
Quienes no cultivan melisa limón por sí mismos, sino que desean comprarla, deberían buscar un crecimiento vigoroso con muchas hojas grandes. No pocas plantas que crecen rápidamente tienen tallos colgantes y débiles, que sin embargo deberían ser lo más estables posible. También es importante asegurarse de que las hojas no tengan manchas marrones o claras, ya que estas pueden ser indicio de una enfermedad de la planta. A menudo se confunde con la menta, ya que ambas plantas se parecen mucho. Sin embargo, la melisa se reconoce inmediatamente por su olor, que es un aroma intenso a limón y menta. La melisa fresca ya está disponible en muchos supermercados, mientras que las hojas secas se encuentran en tiendas de hierbas, herbolarios, farmacias y también en internet. Debido a que el cultivo de melisa limón es relativamente sencillo, muchas personas optan por cultivarla en el balcón o en el jardín.
Consejos para el uso de la melisa
Las hojas frescas o secas de melisa se pueden infusionar maravillosamente para preparar un té aromático que puede ayudar a conciliar el sueño por la noche. Además, la melisa también está disponible en forma de jugo, tabletas o cápsulas, así como en tinturas en la farmacia o en Internet. Para la aplicación externa, como por ejemplo para el tratamiento antibacteriano del herpes labial, una pomada es la opción adecuada.
Otro remedio casero clásico para el tratamiento del insomnio y la inquietud. Para ello, la preparación mencionada anteriormente es especialmente adecuada como té nocturno. Muchos naturópatas todavía confían hoy en día en el efecto del espíritu de melisa para diversas dolencias físicas.
Planta medicinal popular: ¿Qué se debe tener en cuenta al usar melisa?
En general, la melisa se considera un alimento bien tolerado y suave. Sin embargo, no se puede descartar que en casos individuales puedan ocurrir reacciones alérgicas a la planta y sus componentes. Las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia deberían, en caso de duda, consultar primero con su médico o partera para determinar si su uso sería adecuado. Quienes disfrutan de un té de melisa recién preparado no deberían consumirlo de forma continua, sino solo cuando deseen contrarrestar trastornos del sueño e inquietud de manera natural.
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